Qué difícil es tocar a la puerta esperando que te abran y te dejen pasar. Qué difícil sobrevivir al frío de fuera. Qué difícil se hace seguir llamando y no tirar la toalla. Qué difícil no sentirse nada cuando sabes que la solución está al otro lado y se niegan a dártela.
7 comentarios:
pero si abren esa puerta, seguramente buscaremos tocar a otra...
tirala abajo. Siempre funciona.
AMEN y eso ke no soy cristiano
conocer la salucion pero no el camino es lo peor.
Y qué paciencia hay que tener cuando quieres que te abran, cuando estas dispuesta a seguir llamando...
Pero bien vale la pena esperar cuando se abre!!!
PD: Gracias por pasar por mi blog! =)
Por ahí quedan sitios en que no hay puertas... así que verás como pronto das con uno
;)
Es mejor retirarte y dejar que sea él quien llame a tu puerta. Se ha acostumbrado a el sonido de tus nudillos en su puerta, cuando le falte, te buscará.
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