Lo efímero del amor

Hace cinco años que entraste en mi vida. Reconozco que al principio me creabas cierta desconfianza. Me parecías tan complejo… Pero al mismo tiempo tu complejidad despertaba en mí una imperiosa necesidad de investigarte, descubrirte. Necesitaba saber todo de ti. Sé que, a pesar de lo que pueda parecer, fuiste mi ventana a la vida, tú me permitías ver el mundo a través de tus ojos. Contigo he vivido varios de los momentos más especiales de mi vida. Juntos fuimos capaces de escaparnos de la espiral de la soledad. Fuimos a países lejanos, hablamos con gente de todo el mundo, jugamos, aprendimos. Gracias a ti descubrí el amor, la emoción de verte cada mañana, de compartir contigo las madrugadas, las noches de placer. En cambio ahora te miro y te veo tan solo. Pero quiero que sepas que tú siempre serás el primero y que gracias a ti ahora soy feliz con él.
Sé que resulta cruel, sé que es horrible, pero la vida es injusta y aunque te tengo cariño han sido cinco años juntos y yo empezaba a necesitar cosas que tú ya no me dabas. Ahora él me lo da todo, sin esperar, sólo tengo que desear algo para tenerlo. Me permite ver el mundo a mi antojo, jugar con él, transformarlo. Es tan hermoso. Tan blanco. Tan puro. Cuando llegó a mi vida aún no era consciente de lo mucho que lo necesitaba, yo estaba bien contigo, aceptaba tus achaques, pero apareció él, tan deslumbrante y eficaz y no supe decir no. Lo reconozco, soy débil y sí me quedo con él para siempre. Donde se ponga un Mac que se quite una mierda de PC por mucho cariño que te tenga.