La última vez que viste a tu mejor amigo del colegio. La última vez que estuviste en aquel bar, de aquel país asiático. La última vez que saboreaste aquel licor. La última vez que te besó…
A diario nacen y mueren situaciones que jamás volverán a repetirse, pero la inconsciencia de ello hace que no se viva en una constante y dramática despedida.
En cambio, otras veces. Otras tantísimas veces, si somos conscientes de que “esa” será la última vez. Y vivimos la angustia del preludio, tratando de aferrarnos a las sensaciones para transformarlas en detalladísimos recuerdos que deformaremos con el tiempo a nuestro antojo, para ser menos infelices. Para inventar, al menos, el pasado.
No obstante, sucede también que la consciencia de la última vez, si ésta es previamente decidida, puede ser gratificante. Como cuando el preso vive despierto la noche previa a su liberación, porque su última vez es el comienzo de una vida sin contar los días.
A diario nacen y mueren situaciones que jamás volverán a repetirse, pero la inconsciencia de ello hace que no se viva en una constante y dramática despedida.
En cambio, otras veces. Otras tantísimas veces, si somos conscientes de que “esa” será la última vez. Y vivimos la angustia del preludio, tratando de aferrarnos a las sensaciones para transformarlas en detalladísimos recuerdos que deformaremos con el tiempo a nuestro antojo, para ser menos infelices. Para inventar, al menos, el pasado.
No obstante, sucede también que la consciencia de la última vez, si ésta es previamente decidida, puede ser gratificante. Como cuando el preso vive despierto la noche previa a su liberación, porque su última vez es el comienzo de una vida sin contar los días.
16 comentarios:
Muy buena entrada. Hay úlitmas vecest también que son alivios.
Hmmm... Es difícil vivir intensamente cada momento; sin embargo, ser consciente de estar vivo en todos ellos es más fácil, válido y gratificante.
Parece obvio, pero creo que somos pocos los que aplicamos esto.
Saludos.
Seguro que no es la última vez que te leo, porque me gusta cómo escribes.
Lo has definido muy bien.
Besos.
Carpe diem, pero con sentidiño... ;)
Hoy es la ultima vez de ayer... este minituno no se repetirá... debemos vivir intensamente cada segundo... :)
saludos
Me diste donde era. Hace tanto ya tengo una relación de amor y odio con "la última vez" de lo que sea...pero especialemnte de las relaciones.. parejas, amantes, amigos, mascotas etc... no sé...he pensado muchas cosas al respecto pero hoy no tengo muchas ganas de escribir así que sólo pasaba a agradecerte por tu blog, es realmente un alto en el camino cotidiano que disfruto mucho. Me gusta lo que dices y me gusta aún más la forma en que lo haces. No es más. Hasta la próxima :)
Deformamos a nuestro antojo el pasado porque así eliminamos nuestros cargos de conciencia y somos más felices. Me ha gustado tu entrada. Yo en mi blog comento los cargos de conciencia como un exceso de memoria....te gustará.
http://lascosasdeb3n3.blogspot.com/2009/09/que-son-cargos-de-conciencia.html
wow
Muchas veces he pensado sobre esto, sobre el no saber si algo es la última vez que sucede; quizá, en justicia, deba ser así. Casi nunca sabemos con antelación cuando algo va a sucedernos por vez primera, y el universo tiene una la maldita tendencia a equiibrar las cosas...a su manera.
Salu2,
Una buena lección para los que vivimos a la carrera. Cuando paramos tenemos las pantorrillas rodeadas de alambre de espino, sonrisas y algún condón usado y no recordamos donde se sumaron a nuestra historia.
Dejemos en mera suposición tu última aseveración del relato.
Abrazos.
Una visita casual. Pero no me despido,
saludos
No soporto no tener inconsciencia, porque acabo de descubrir porqué vivo en una permanente y lacerante despedida. ¿Tienes vodka?
"La crisis de los límites" o, al decir de Borges ...
Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante...
Una posible respuesta es la que da /ella HDP. Más desarrollada en la ética del italoalemán Guardini o aquí, aunque la traducción de José Mª Valverde era o fue mucho mejor. El progreso...
Aterricé por casualidad, pero seguramente volveré a leerte.
Saludos.
Los recuerdos existen para romper la rutina del tiempo.
Saludos!a
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